martes, 6 de agosto de 2013

A la orilla del camino.

Estas preciosas flores crecen silvestremente
en las orillas de las aceras de mi agobiada ciudad.
Se ofrecen cada mañana con un aroma exquisito
y unas formas tan increíbles y perfectas
que descubrirlas es apasionante.
Nadie abona el terreno en el que crecen,
tampoco reciben agua
sin embargo y para beneficio de todos
allí están:
BELLAS-ÚNICAS-ESTUPENDAS.
Todo lo dan, sin recibir nada a cambio de la llamada civilización.


Cuando me dejo atrapar
por su belleza y olor
me convierto en poeta
quiero cantarle al AMOR.


Al amor de la mujer madre
y al de la cálida amante
Al amor de cada sitio
y al amor de cada instante.


Rememoro cada día
 buscando el mejor AMOR
el mas intenso o el mas dulce
para obsequiarle LA FLOR


Hay verdades que la naturaleza nos grita a diario
La exquisitez de cada FLOR
es para atraer a los insectos, que liban en ellas
para alimentarse y trasladar el polen.
Lo mismo que a los humanos,
la belleza nos enamora, la fragancia nos atrae
y cual abejas libamos en la danza del AMOR.



RICHAL V. AZUARTE LOPEZ.
FORASTERO CON CAMARA.



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